Martina está convencida de que los monstruos no existen, o al menos, eso cree ella, hasta que comprueba que en casa de su amigo Darío vive uno. Un monstruo que grita, da golpes, rompe cosas y tiene aterrorizados a Darío, a su hermano y a su mamá. Martina idea un plan para que Darío no tenga que continuar viviendo con el monstruo, pero las cosas no son siempre tan sencillas.
VALORES IMPLÍCITOS:
A través de este cuento, se pretende acercar a los más pequeños al problema de la violencia de género. A lo largo de la historia aparecerán valores como la empatía, la solidaridad o las relaciones de ayuda.