"Lo que yo quise hacer, sobre todo, sin querer hacerlo de una manera determinada, sino que se fue haciendo necesario poco a poco, fue una especie de tentativa de comprender cómo funciona el imaginario portugués. ¿Qué es lo que somos? Somos lo que soñamos, los mitos que construimos. ¿Cuál es la mitología portuguesa? ¿Con arreglo a qué horizonte ha funcionado la cultura portuguesa? ¿Qué tiene de particular? Eso sólo se comprende examinando sus vestigios, que son la poesía y la ficción", dice Eduardo Lourenco.
Y también afirma: "El asunto propio de nuestro libro no es tanto la "preocupación por Portugal", preocupación que está incluida por definición en todas las tentativas de autognosis, r si no] por una imagología, es decir, por el discurso crítico sobre las imágenes que los portugueses hemos forjado sobre nosotros mismos". Tal como Octavio Paz en El laberinto de la soledad. sobre el caso mexicano, Lourenco estudia en El laberinto de la saudade una determinada imagología. El laberinto luso es una obra crucial para captar, soñar y volver a imaginar el destino de Portugal.