Estudio sobre la proscripción de textos, impresos y manuscritos, llevada a cabo por la Inquisición entre 1754 y 1820, año de su supresión en el Perú. Este trabajo estudia y documenta los medios a través de los cuales se difundían los textos prohibidos en la sociedad colonial y cómo la Inquisición utilizó mecanismos de control para evitar su lectura. Además, reconstruye el mundo de las bibliotecas y los lectores así como el empleo de los edictos y catálogos, que eran los instrumentos para identificar los textos censurados. Se trata de un relato que utiliza, además de un importante corpus bibliográfico, los documentos procedentes de los archivos de la Inquisición, para mostrar la manera en que se dio la práctica censoria, la cual reflejó muchas veces la alianza entre el poder secular y el eclesiástico.
En este texto se inserta en una postura actualizada y crítica de la visión tradicional de la Inquisición, que la consideraba una institución en decadencia cuando, por el contrario, su rol como una suerte de policía ideológica del antiguo régimen la sitúa como un organismo dinámico que se adapta a las nuevas exigencias políticas, influye en los acontecimientos de la época e incluso entra en conflicto con las ideas y los intereses de la élite capitalina, lectora de la producción intelectual vigente en Europa.