En una pequeña ciudad-balneario de Europa central, un joven preceptor se ve arrastrado a un torbellino de pasiones, promesas rotas y apuestas que lo consumen. Alexéi Ivánovich, atrapado entre el amor imposible por Polina y la humillación de su posición social, descubre en la ruleta no solo un juego, sino una fuerza irresistible que parece dictar su destino. A cada giro de la rueda, la esperanza y la ruina se disputan su alma.
Con lucidez implacable y una intensidad autobiográfica casi dolorosa, Fiódor Dostoyevski explora los abismos psicológicos de la adicción, el deseo y la dependencia emocional. El jugador es un retrato magistral del ser humano enfrentado a su propia fragilidad, una novela que ilumina —con la crudeza del realismo ruso— la frontera entre la libertad y la obsesión.






















