Año 712 de la Era Cristiana. El eremita Frutos y sus dos hermanos dan cobijo en su cueva a un grupo de cristianos que acuden perseguidos por las huestes sarracenas. Poco antes de que éstas alcancen el rocoso espolón que les sirve de refugio, Frutos traza una línea imaginaria con su bastón, el suelo se derrumba y los musulmanes caen al vacío. O eso cuenta la leyenda...
En la actualidad, Jaime Azcárate, redactor de la revista Arcadia, se entera de que el cuerpo sin vida de un profesor con el que tiempo atrás compartió una loca expedición ha aparecido cerca del lugar donde tuvo lugar el milagro del que ahora es conocido como San Frutos. El análisis forense dictamina que el profesor fue asesinado. ¿Pero por quién y por qué? Tal vez la clave esté en el extraño diagrama geométrico que el difunto llevaba consigo en el momento de su muerte… un diagrama cuyo diseño parece repetirse en muchas de las cuevas de la zona.
La joven Pilar Yagüe descubre uno de estos diseños en una cueva que ha permanecido oculta durante siglos en el sótano de su casa. Acompañada por Jaime, iniciará una búsqueda milenaria en pos de uno de los talismanes más sagrados de la Antigüedad. Un objeto de un poder arrasador que, como es lógico, tiene otros pretendientes.
Todo parece indicar que el final de la búsqueda está en la tumba de San Frutos. Pero el camino estará plagado de peligros atroces, obstáculos mortales y bastantes situaciones que prometen de todo menos aburrimiento.