¿Pueden los niños reforzar su aprendizaje de modo lúdico, durante sus vacaciones? ¿Pueden lograrlo mejor, en colaboración con sus hermanos, primos, amigos, etc.? La autora, educadora con larga trayectoria, madre y abuela, ofrece su experiencia durante la convivencia en verano con sus nietos, para mostrar al lector un modo estimulante de llevar a cabo unas vacaciones realmente creativas, en las que los niños experimenten y afiancen de forma lúdica sus aprendizajes.
Demuestra a lo largo del libro que los resultados son increíbles, tanto por el interés que despierta en los menores, como por el aprendizaje real que adquieren sin darse cuenta: aumentan su vocabulario, corrigen ortografía, se convierten en ávidos lectores, aprenden a trabajar colaborativamente, cuidan el medio ambiente y practican valores de solidaridad, amistad, convivencia, compañerismo, etc.
El libro presenta más de una treintena de juegos y actividades divertidos y fáciles de realizar. Además, en el Anexo, se incluyen cuentos, escenificaciones, poemas, retahílas y teatrillos, muchos de ellos creados por los mismos niños. La autora insiste en que el objetivo principal de la obra es que abuelos, padres y madres, monitores, etc., que están en relación con los niños durante los periodos de vacaciones y ocio, se impliquen y dediquen tiempo a estar y jugar con ellos, en la seguridad de que esta es, sin duda, la mejor manera de que crezcan felices y afiancen sus conocimientos.