La confrontación de la filosofía de Merleau-Ponty con la de Foucault, tal como nos sale al paso eminentemente -pero no solamente- en las críticas de este a aquel, sirve de excusa para abordar problemas centrales para la teoría del conocimiento contemporánea. ¿Podemos preservar la noción de un sujeto cognoscente capaz de justificar sus tomas de posición, contra los embates del "psicologismo" al "primado del cogito", o se trata únicamente de una exigencia demodé que el estructuralismo y el psicoanálisis deberían ayudarnos a superar? ¿Podemos, por otra parte, hablar como lo hace el fenomenólogo de algo así como la verdad, o debemos por el contrario pluralizar esta noción para adecuarnos a la relatividad de las prácticas cognitivas? ¿Se autoderrota quien, por el contrario, tematiza la subjetividad cognoscente como opaca para sí misma y la verdad como relativa? El presente trabajo intenta -partiendo de una lectura de estos pensadores y de su relación con otras tradiciones teóricas- contribuir a la respuesta de estas preguntas.