Las llamas tomaron mucho.
Ella no puede perder a su padre también.
Meg Townsend y su hermana, Sylvie, buscan una existencia tranquila manejando la librería familiar. Meg se siente responsable de cuidar de su padre, Stephen, cuyo espíritu y salud son dañados de su tiempo como prisionero durante la Guerra Civil. Su único escape son las pinturas que crea y vende en la librería.
Entonces el Gran Fuego barre el distrito financiero de Chicago. Las explosiones ardientes y el caos despiertan recuerdos de guerra para Stephen mientras huye del fuego y se separa de sus hijas. Días después, cuando el humo se ha despejado, Meg y Sylvie logran reunirse con él. Su casa y tienda están perdidas, y lo que queda entre las cenizas puede ser aún más amenazante que las llamas, ya que se enteran de que un amigo cercano fue asesinado la noche del incendio, y Stephen ha sido acusado del crimen. Después de que está comprometido con el Asilo Loco del Condado de Cook, donde no pueden visitarlo, Stephen se siente tan perdido para ellos como la tienda que ahora yace entre los escombros.
Aunque sin hogar y de repente desempleada, Meg no sólo debe reunir las piezas de su destrozada vida, sino probar la verdad de lo que sucedió esa noche, antes de que el asilo realmente enloquece a su padre.