Probablemente no exista ningún otro clásico que se haya admirado más y leÃdo menos que la Divina Comedia. Su importancia ha permanecido indiscutida a lo largo de los siglos y aun en nuestros dÃas, tan proclives a la alergia religiosa, no creo que haya nadie capaz de pensar que un mundo sin la Divina comedia no serÃa mundo más incompleto, más feo e insustancial, y en el que con toda seguridad mucha de la mejor poesÃa europea que vino después no hubiese sido posible.