A partir del título Antinomia amor poder, Pablo POBLACIÓN se coloca en un proceso bipolar presente de modo constante en el pensamiento humano.
En este caso la palabra amor remite a la existencia de un verdadero yo definido desde factores biológicos, se trata de un ente biopsicosocial. Cuando un sujeto o un grupo funcionan desde el centro del amor implica una posición pro-vida, de búsqueda de una mejor articulación y estructuración para la vida, mientras que opuesto a él se describe un centro del poder que implica una posición egocéntrica de búsqueda del manejo para los componentes de este ente aún en detrimento de los demás.
Esta posición antinómica implica un juego vital y existencial que fluye en cada momento con mayor predominancia de la fuerza de cada polo. Por eso, el tener en cuenta de modo constante su presencia es imprescindible para la comprensión, no solo de los movimientos saludables sino también la patología desde cualquier punto de vista.
Otro aspecto que tiene que ver con la antinomia es el de la identidad individual o grupal. Podemos hablar de una verdadera identidad cuando predominan las fuerzas del amor y de una falsa identidad cuando predominan las del poder, en concreto en el individuo, cuando lo que está en primer plano es el personaje que este se crea. Además de la identidad individual hay que contar con la identidad social que refleja el concepto del grupo hacia el individuo.
No se deja de lado otros factores cuya comprensión nace desde la aceptación del paradigma de la antinomia amor-poder, como son los importantes conceptos de la ética y la estética del psicodrama y el psicodramatista. Con todo ello la antinomia amor poder se constituye en un paradigma abierto a la comprensión del ser humano no solo desde el psicodrama sino desde cualquier modelo del mismo.