Tres relatos de larga extensión, con nexos en común entre ellos, sobre la soterrada violencia y toxicidad que bulle bajo la epidermis de los cotidiano, constituyen 'Pinar, piscina, plenilunio', de Patricia Rodríguez. Las tres partes del libro se estructuran en torno a mujeres y son una metáfora de la edad. En 'Pinar' tres niñas adolescentes se internan en el mundo adulto. 'Piscina' trata de una fiesta, la abulia, el hartazgo y el ansia de vida de su protagonista. 'Plenilunio' tiene tintes de decadencia en un mundo en donde la soledad y la incomunicación imperan. Las tres partes tienen de nexo común la mirada de una mujer. En la novela, la autora vallisoletana vuelve a hacer ejercicio de un estilo literario personal, cargado de evocaciones y una atmósfera no menos cargada en torno a personajes que surfean la insatisfacción llenando sus vidas de objetos y situaciones convencionales. Un ejercicio de estilo, contenido y sugerente que atrapa al lector hasta la última línea.