¿Existe un humanismo que no sostenga cierta fe en «el hombre»? El psicoanálisis sabe que el mal anida de infinitas maneras en el corazón del ser que habla. Las anotaciones lacanianas de Carmen González Táboas descubren un singular humanismo, el de la América indohispana, con sus mitos, creencias y culturas; sus soledades y sus extremas pobrezas; la rara conjunción de lo premoderno, lo moderno y lo posmoderno. Y que la corriente silenciosa del humanismo ético es la condición necesaria, no suficiente, de la extensión del psicoanálisis a todas las capas de la sociedad.
Carmen confiesa lo inconfesable de una comunidad amorosa, epistémica, cínica, cómica… en un continente, en un fragmento del espacio-tiempo donde se enroscan el idioma lacaniano y las lenguas que fermentan en el lugar. […] Un conjunto de argumentos incómodos y dolorosos que, expulsados por la puerta grande de la corrección política, la autora los deja ingresar por la ventana.
Emilio Vaschetto
El núcleo principal de interés de la autora es situar el psicoanálisis en el "horizonte de la época". Es decir, hablar de psicoanálisis de modo tal que incluya las particularidades propias del lugar donde se lleva a cabo y del tiempo desde los que se habla.
Teniendo en cuenta que la clave del psicoanálisis es comunicación mediante la palabra, la relevancia de lugar y tiempo es fundamental, en tanto los individuos tienen una cultura influenciada tanto por el idioma como por la cultura. El libro explora y se interroga, precisamente, sobre los efectos de la mezcla singular entre las lenguas originarias de América Latina con el castellano proveniente de la conquista de América y como eso ha influido en la configuración del mundo inconsciente de sus habitantes. Cómo afecta ese castellano "mezclado" a los códigos éticos, simbolismos, y cosmovisiones de tribus e imperios que fueron vencidos y seducidos por el Dios y los dioses del hombre blanco (europeo).
La autora reflexiona sobre si el discurso de los conquistadores del pasado y el discurso tecnocientífico actual han conseguido barrer las determinaciones provenientes de las culturas propias de los países "conquistados", o si el esfuerzo de los analistas debería encaminarse a recuperar la singularidad propia de los pueblos a los que esos sujetos pertenecen.