En 1563, el cacique de Ubaque organizó una celebración a la que atendieron indígenas muiscas de apartados asentamientos de los Andes orientales del Nuevo Reino de Granada. Según un testigo, el propósito de la celebración era que "muriesen todos [los indios] […] y no quedase ninguno para servir a los cristianos e que les diesen cámaras de sangre y viruelas y otras enfermedades y males por que todos acabasen". Según otros testimonios, el propósito era hacer obsequias al cacique de Ubaque, quien se encontraba enfermo. En la ceremonia, los invitados del cacique corrían y bailaban vestidos con plumajes y máscaras, de tal suerte que un observador español afirmó que "venían de manera de demonios e que a los hombres ponían espanto". La celebración, cuyo referente más cercano en lengua muisca sería biohote, era traducida al español como "borrachera" y se concebía como una práctica idólatra asociada con el culto del demonio.